domingo, 28 de mayo de 2017

Evaluando la cooperación

Uno de los grandes problemas a los que debemos enfrentarnos a la hora de trabajar de forma cooperativa en el aula es el de cómo evaluar el trabajo cooperativo de nuestros alumnos.  Primero, tenemos que recordar que evaluar no es lo mismo que calificar. Estamos, quizás, demasiado acostumbrados a las pruebas escritas y a calificar con una nota numérica todos aquellos contenidos que nuestros alumnos/as van adquiriendo. Evaluar debe ser mucho más que eso, dejando claro que al final, en la nota, un porcentaje sea la evaluación sobre cómo trabajan de manera cooperativa nuestros alumnos.
Los alumnos, en muchas ocasiones, suelen ser pasivos y tener poca iniciativa. Tenemos que convertir esa tendencia pasiva en activa. El alumno debe ser protagonista de su educación. Y naturalmente, también debe formar parte de su proceso de evaluación. De ahí que sea tan importante la autoevaluación en el trabajo cooperativo.
Como docentes, no sólo debemos crear un contexto cooperativo adecuado e implementar las tareas cooperativas, también debemos diseñar como evaluar el trabajo grupal para que este sea realmente efectivo. Para ello, empezamos por cinco acciones:

  • establecer el currículo de la cooperación
  • diseñar el plan de evaluación
  • preparar el contexto de evaluación
  • evalúar la competencia para cooperar del alumnado
  • proyectar los resultados de la evaluación



Existen diversas herramientas que sirven para evaluar el desempeño cooperativo de los alumnos. Las más conocidas son las tres siguientes: 

las listas de control



las escalas de valoración



las rúbricas



Se trata de tres instrumentos a tener en cuenta ya que no solo te permitirán trabajar a distintos niveles de complejidad, sino que podrán ser utilizados también por los estudiantes, lo que facilitará los procesos de autoevaluación y coevaluación.


Autoevaluación grupal

Vamos a dar un paso más en la evaluación del aprendizaje cooperativo, complementando la evaluación de la competencia para cooperar del alumnado con la evaluación del funcionamiento de los equipos, proyectándola fundamentalmente hacia el plano de la autoevaluación grupal. Para ello, como en la evaluación de la competencia para cooperar de los alumnos,  partiremos de un procedimiento basado en cinco acciones concretas:

  • establece el currículo de la cooperación
  • diseña el plan de autoevaluación grupal
  • prepara la autoevaluación grupal
  • realiza la autoevaluación grupal
  • recoge la información sobre el funcionamiento de los equipos


La herramienta que nos ayudará a a recoger la autoevaluación del grupo, es  el boletín de autoevaluación grupal.



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