sábado, 28 de octubre de 2017

El espacio educativo

La mayoría de las aulas en nuestro país son muy semejantes: espacios rectangulares con algunas ventanas por la que entra la luz del día, fluorescentes de luz blanquecina, una pizarra verde y, quizás, una digital más moderna. La mayoría con dibujos y pósters educativos en las paredes.
La pregunta es: ¿invitan estas aulas a que el proceso de enseñanza tenga lugar? ¿son espacios donde los niños aprenden o simplemente están? 
Creemos que el aula, como espacio fundamental en la educación, debe adaptarse a los conocimientos actuales de neuroeducación. Ésta nos indica la importancia del aspecto emocional a la hora de aprender, y este elemento, es seguramente el menos valorado en la innovación educativa. Sí, se habla de emociones, de sentimientos, de inteligencias múltiples, pero... ¿y el sentimiento de entrar en el aula y tener la sensación de haber cruzado una puerta mágica? ¿existe? ¿lo propiciamos?


Los espacios educativos hoy en día

Iniciando la primera edición del MOOC #EduEspacios, sobre “Gestión de Espacios Educativos”, una propuesta de formación abierta y en línea del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (INTEF), abordamos la transformación de los espacios educativos como un elemento de gran trascendencia e influencia en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Para ello es necesario reflexionar sobre los procesos de aprendizaje y las pequeñas o grandes diferencias que encontramos entre estos procesos en la actualidad y en la enseñanza tradicional.
Contestar a las preguntas: ¿Para qué aprendes? ¿Cuándo aprendes? ¿Dónde aprendes? ¿Cómo aprendes? ¿Con quién aprendes?...
Se antoja una reflexión necesaria. Es imprescindible determinar una respuesta a esas preguntas para establecer el punto de partida de los cambios que debemos introducir en la educación.


Una nueva educación debe dar cabida a nuevos espacios educativos. La educación no se restringe al aula, por muy innovadores que sean los métodos de enseñanza, debe abrirse a nuevos espacios.
Aprendemos para integrarnos en la vida, para descubrirla, para formarnos como personas que pertenecen a una sociedad. ¿No es lógico, entonces, que la educación tenga lugar en el mismo espacio social? Si además, tenemos en cuenta que el aprendizaje tiene lugar no sólo en todo espacio sinó además con las todas las personas que nos rodean, llega la certeza de que el aula, siendo un espacio educativo necesario, no puede ser el único.